Después de un rico desayuno en el Riad de Fez, emprenderemos el camino hacia el gran desierto de Merzouga, no sin antes hacer una parada en el Valle del Ziz con sus vistas panorámicas de palmerales y gargantas.

Dónde sus campos, además de palmeras, combinan otros cultivos como frutales, comino, cereales, alfalfa, etc. siendo unos de los oasis más explotados por la agricultura marroquí.

Después de varias horas de trayecto y una parada para el almuerzo, por fin llegaremos a la joya de la corona de Marruecos, el desierto de Erg Chebbi, donde sus dunas doradas te atraparán por completo.

Partiendo a vuestra llegada,  en una caravana de dromedarios que nos llevarán a ver el espectacular atardecer dentro de las dunas, poniendo rumbo al campamento de jaimas de lujo donde antes de cenar tendremos la ocasión de tomar  un té tradicional marroquí, disfrutando de la paz y el silencio que allí se respira.

Dispondrán de una cena deliciosa, acompañada de música tradicional bereber, mientras el manto de   estrellas les cubre en esta mágica noche.

Después de del desayuno, saldremos en 4 × 4 para rodear el Erg Chebbi, extensión del desierto de la arena donde se encuentra la Gran Duna de Marruecos, de más de 250 metros de la altura, conectando con la  parte posterior del camino por el antiguo París-Dakar y las montañas que limitan con Argelia.

Realizaremos una parada en Khamlia, pueblo originario de Malí, donde podremos relajarnos con un té mientras  disfrutamos de un pequeño concierto de música gnawa.

A continuación, iremos a visitar a una familia nómada del desierto, donde nos ofrecerán el mejor té que  hayan probado, ya que está hecho a fuego lento con brasas de madera. Allí podrán contemplar las costumbres y vida que llevan estas personas sin asentamiento fijo.

Después de una mañana más pintoresca y envolvente con la cultura local, llegaremos al hotel, donde tendrán tiempo libre para darse un baño en la piscina si el tiempo acompaña, pasear por las dunas o si  les gusta la aventura, alquilar un quad o buggy.

Alojamiento y cena en el hotel.

Después de deleitarse con un desayuno típico bereber en el hotel.

Comenzaremos nuestro camino a Fez, haciendo varias paradas por el camino.

Una de las paradas obligatorias será Azrú y si tenemos suerte, ver y tomarnos unas fotos con los monos salvajes que habitan en los bosques de Marruecos.

Una vez pasado Azrú, pondremos rumbo a Ifrane, situada en una zona montañosa a unos 1713 metros de altitud, caracterizada por un clima frío, lo que ha influido en su urbanismo de estilo centroeuropeo. Llamada localmente “La suiza marroquí”.

Llegando finalmente a Fez, donde pasaremos la noche en un Riad, en el corazón de su medina, la cual es considerada la más grande y antigua del mundo.

Alojamiento en hotel.

Aquí concluirá el viaje con Sueña Marruecos.